¿Alguna vez has sentido que das todo en una relación… pero recibes apenas lo mínimo?
Una llamada de vez en cuando. Un mensaje que te ilusiona… y luego días de silencio.
Promesas que suenan hermosas pero nunca se cumplen.
Ese juego confuso tiene nombre: breadcrumbing.
El breadcrumbing, o lo que en español se conoce como dar migajas de amor, es cuando alguien te mantiene enganchada con pequeñas muestras de afecto, atenciones esporádicas o promesas vacías, sin compromiso real. No te dejan avanzar, pero tampoco te dejan ir.
Y lo más cruel es que, si vienes de relaciones en donde el amor era escaso o condicionado, estas migajas pueden sentirse como banquetes.
¿Por qué puedes estar aceptando tan poco?
Porque aprendiste desde pequeña que el amor no era algo seguro ni constante.
Tal vez tuviste una mamá o un papá ausente, frío, demandante o volátil. Tal vez tuviste que “portarte bien”, “no molestar”, “ganarte su atención” o incluso cuidar de ellos para recibir un poco de cariño.
Eso te enseñó que para que te amen, tienes que esforzarte… y aceptar lo que sea que te den.
Cuando creces con ese modelo, normalizas que el amor duela, que tengas que esperar, que conformarte es parte del trato. No sabes poner límites, porque nadie te enseñó que tenías derecho a hacerlo. Y así, sin darte cuenta, te vuelves experta en sobrevivir con migajas.
¿Cómo saber si estás viviendo breadcrumbing?
- Te escribe justo cuando estás por alejarte.
- Promete cosas lindas (“cuando tenga tiempo vamos a hacer ese viaje”, “ya casi estoy listo para algo serio”) pero nunca las cumple.
- Te sientes confundida: un día te llena de ilusión, al otro desaparece.
- Justificas su frialdad pensando que “tiene miedo” o “ha sufrido mucho”.
- Vives esperando ese “chispazo” de atención que te dé esperanza otra vez.

¿Por qué duele tanto?
Porque hay un anzuelo emocional: esas pequeñas atenciones activan tu esperanza. Te hacen creer que esta vez sí. Que tal vez si esperas un poco más, si no te quejas, si entiendes sus traumas… va a cambiar.
Pero lo cierto es que el breadcrumbing no es amor. Es manipulación.
Y duele porque una parte de ti sí quiere ser elegida completamente, pero la otra teme soltar ese “poquito” por miedo a no tener nada.
¿Qué puedes hacer?
Valida lo que sientes. No estás exagerando. Si te duele, si sientes que das mucho y recibes poco, algo no está bien.
Deja de interpretar señales ambiguas como amor. Las personas que quieren estar contigo, lo demuestran con acciones, no con excusas.
Reconecta contigo. Haz espacio para sanar esa herida de origen. Para entender que tú no tienes que luchar ni sufrir para merecer amor.
🌱 El amor no se ruega, ni se negocia en migajas. Se vive en plenitud, desde la reciprocidad.